domingo, 19 de octubre de 2008

La estanteria de madera que no es de IKEA

Hace un par de semanas y tras pintar la casa, por fín me decidí a comprar una estantería de madera para mi habitación de trabajo pues ya buena falta me hacía.

En un rincón de esta había ido acumulando desde tiempo atrás el sampler de sonidos AKAI-3000, el Ensoniq EPS Plus, uno de los dos módulos MIDI Roland-U110 que tengo más una pequeña montaña de papeles que, seguramente por pereza, uno no va rompiendo y sí acumulando hasta que llega ese fantástico día en el que te pasas horas rompiendo la mayoría de ellos para luego tirarlos al contenedor de basura. Aprovecho para decir "no al Spam de publicidad y menos al Spam telefónico, que me tienen frito". Por cierto, de este tema también hablaré un día de estos, que el asunto tiene más narices que el narizado Publio Ovidio Nasón y, si le sirve a alguien, yo me los quito rápidamente de encima diciéndoles que trabajo en Telefónica.

Llamé a mi hermano José María que es el manitas del bricolage de la familia. El tiene de todo para esos arreglos caseros: el Black & Decker, la caja de herramientas pero, sobre todo, tiene la capacidad para el bricolage que yo no tengo. También vaya en estas líneas mi agradecimiento infinito a él una vez más.

Al lío. Le comenté que si deberíamos ir a IKEA por aquello de que a mí me sonaba que IKEA tenía muebles de todas clases. En su cara, y antes de escucharlo, ví reflejado el pánico. "No, a IKEA no. Nunca has estado en IKEA, ¿verdad? Hay que hacer un camino obligatorio hasta llegar a lo que quieres, se pierde mucho tiempo y es un coñazo. Vamos a ver lo que hay en Carrefour".

Dicho y hecho. Nos plantamos en el Aljarafe sevillano en dirección a Carrefour, sección de estanterías de madera. Allí encontramos una que nos gustaba y con unas dimensiones aproximadas a las que andábamos buscando. Precio: 89 euros más 12 euros por el transporte a domicilio.

De allí nos fuimos a Hipercor, que sólo sirvió para que Jose echase la Primitiva y los Euromillones -creo que no le ha tocado ningún premio, pues sigue trabajando- y para que se comprase un taladrador que va a batería y que le costó mil duritos. Perdón: 30 euros. "Aquí no hay ningún tipo de estantería de lo que buscamos. Vámonos a Leroy Merlin".

Fue casi como un amor a primera vista. Como si el Cupido de la revista "Hogar y Jardín" hubiera hecho acto de presencia en aquel momento y nos hubiera unido para la eternidad. Y es que estas cosas a veces son como el amor que idealizamos, el tipo de persona que desearíamos tener en nuestra vida pero que el destino nos pone a otra que nos llama la atención, nos gusta y luego, a veces, nos enamoramos sin poder evitarlo.

La buscaba más alta, de más de dos metros de alto, de un metro de ancho y al menos 40 centímetros de fondo. Pero no. Aquella estantería de madera de roble, de suave -casi aterciopelado- tacto, aunque de aglomerado en su alma, me llamó la atención. No tenía las medidas de la Beyoncé o la Miss Universo de las estanterías. Recordé la letra de la canción "Y si fuera ella", de Alejandro Sanz. Medidas: 2 metros, 75 centímetros de ancho y 28 centímetros de fondo. ¡Y qué precio! 42 euros más 30 por el coste del transporte.

La trajeron a casa y, iluso de mí, pensé que la traerían ya montada. Para nada. Un transportista fortachón me dejó en la habitación el pesado paquete embalado con las tablas. ¡Socorro!¡Warning!¡Achtung, Herr Command!¡S.O.S.!¡Houston, tenemos un problema! La llamada a Jose: "Quillo, que viene desmontada, ¿cuándo te puedes pasar por aquí y me ayudas a montarla?"

Pero fue otro Jose, el marido de Oliva, con quien procedí al montaje de la estantería. Y menos mal que el sabía cómo hacerlo, pues empecé a ponerle los enganches -los llamo así porque no sé cómo se llaman en lenguaje bricológico- y, ¡zas!. Si no llega a ser por las instrucciones del marido de Oliva me cargo la estantería más luego el tener que tirarla y comprar otra. Obvio.

Por cierto. Da la casualidad que la estantería es de roble carvalho. Mi madre, al leérlo, exclamó: "¡Anda, es de la familia!".

Aquí presento una foto de una estantería gemela a la que ya luce en mi habitación. ¿A que es un amor?

Chiste malo a propósito del tema: Se abre el telón y aparecere una estantería que reluce debido a los rayos del Sol. ¿Cómo se llama la película? "En el estante dorado" :-P


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