jueves, 11 de noviembre de 2010

Libertad de expresión en Internet

Hay un asunto que desde que hago uso de Internet-hace doce años- siempre me ha resultado contradictorio y es el hecho de que muchos confunden libertad de expresión y el saber estar -"Netiqueta"(*), en Internet- con libertinaje.

En líneas generales, hay tres métodos para opinar y expresarse en el llamado "mundo virtual".

Por un lado, están la página web y el blog. Por norma, los autores de estos se dan a conocer y normalmente resulta bastante fácil saber quién está detrás de tal
opinión, comentario, crítica o insulto.

Por otro, hay dos métodos. A saber: los foros y los comentarios en las noticias de los periódicos online y en estos es donde existe el mayor peligro.

Con el uso de los alias ("nicks", en inglés) y la no obligación de poner nombre y apellidos o cualquier elemento que pueda identificar a quien escribe algo en Internet (exceptuando la I.P. que registra el servidor de los sitios web, la dirección de Internet desde donde se ha conectado la persona en cuestión), se puede observar cómo, si fuera posible, la gente incluso se mataría si pudiera.

Lo que mucha gente no tiene en cuenta es que, si el administrador de una página web, foro o blog no controla -modera- a quien escribe en ellos, los comentarios que dejen en cualquier sitio de Internet pueden resultar delictivos. Me refiero sobre todo a las injurias o bien y por ejemplo, el opinar sobre alguien o algo de forma banal y relajadamente pensando que usando el anonimato que otorga el usar un alias da lugar a decir lo que uno quiera y de la forma que quiera.

Mucho más si entramos en las formas de expresión; ahí es donde vemos, no sólo el poco o mucho respeto que tienen las personas, si no también la educación y el nivel cultural e intelectual.

En Internet, como en todos lados, hay gente de todas las clases. Algunos son conscientes de que esta poderosísima herramienta es un arma de doble filo y se procuran en guardar decoro, educación y respeto cuando publican algo en Internet.



Desgraciadamente, lo que normalmente encuentro es el otro extremo: odio y extendida mala uva y, si a uno le da por leer comentarios sobre política, religión o fútbol, se encuentra con la guerra de ideas con fuego de cobertura de artillería a base de improperios que, en mi opinión, sólo sirve para que las personas se extremen en sus ideas llevándolas al odio y posturas irreconciliables. Serio peligro que muchos sacan del "mundo virtual" para llevarlo a la vida cotidiana.

Reconozco que a veces en este mismo blog censuro lo leído en los medios de información en cuanto a los políticos. A veces hablo del -bajísimo- nivel de algunos altos cargos políticos pero creo que no les he faltado al respeto porque, entre otras cosas, no tengo ninguna necesidad de que alguien pueda denunciarme por injurias.

No sé si mucha o poca, pero tengo presente que he tener un mínimo de sensatez a la hora de escribir aquí, o incluso cuando -cada vez menos- comento algo en el dichoso Facebook, que dicho sea de paso cada día me gusta menos y algún día saltará por los aires al igual que lo harán Twiter, Tuenti y demás. Tras esto, vendrán el llanto y el crujir de dientes de muchos quejándose de que no hay libertad de expresión. "Su" libertad de agredir con la palabra, diría yo.

Aquí dejo un ejemplo como muestra. Una noticia del diario La Razón con el asunto de la retirada de crucifijos y elementos cristianos de los colegios y los "comentarios-misiles" que se lanza la gente.

Libertad para opinar: por supuesto. Pero todos estamos obligados a usar el respeto y la educación aunque a veces nos las hayamos dejado en casa.

Ante la duda ya se sabe: en boca cerrada no entran moscas.

Recomiendo la lectura de "El dardo en la palabra" (versión en PDF), del filólogo español Fernándo Lázaro Carreter.

(*) Documento sobre la Netiqueta. Juan Manuel Corbacho Valencia, Universidad de Vigo.

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