sábado, 15 de octubre de 2016

No tocamos gratis y la madre del cordero


Ayer estuve todo el día ocupándome de asuntos para AMUSE - Asociación de Músicos de Sevilla.

Como le dije a un compañero tras asistir a una misa ofrecida por las almas de dos compañeros músicos ya fallecidos, “llevo todo el día fuera de casa con asuntos de la asociación y más horas en la calle que Santa Genoveva” (una hermandad y cofradía de Sevilla que en su estación de penitencia invierte más de 12 horas).

Al llegar a casa y después de cenar, encendí el ordenador para hacer algunas tareas que tenía pendientes. Entré en Facebook y me encontré con la noticia (aquí la noticia y el podcast de audio, publicado por clasicafmradioradio.es)  sobre un proyecto lanzado desde el Departamento de Juventud del Ayuntamiento de Barcelona junto con el Gremio de Hoteles de Barcelona (GHB) con la colaboración de TimeOut Barcelona denominado BCN Music Lobbiers en el que, resumiendo el asunto, se “invitaba” a los “grupos emergentes” (noveles) “a tocar gratis a cambio de una cena” (sic.).

Según decía esa publicación, los hoteles Regina, Majestic Hotel & Spa, Hesperia Tower y H10 Cubik, escogerían a los grupos que ofrecerían los conciertos, según acorde a “su filosofía” y que “cabe decir que los grupos que decidan formar parte del proyecto no tendrán ninguna compensación económica por su actuación. No obstante, se ha pactado otro tipo de contraprestación con los hoteles, donde los grupos que participen disfrutarán de la cena en el restaurante del hotel." (sic.)

Pero, claro está, esto ha producido un revuelo enorme. Lo mismo pasó -pero con menos agitación en las redes sociales- con una iniciativa similar lanzada hace unos meses por unos hoteles en Málaga.

Sobre las 2 de la madrugada, leía que el Ayuntamiento de Barcelona había rectificado el asunto. Una noticia que publicaba el diario.es en el que decía en dos de sus entradillas que “El Ayuntamiento rectifica y garantizará que en BCNMusicLobbiers los músicos firmen un contrato y cobren el salario fijado por el convenio colectivo” y que “La Unión Estatal de Músicos ha denunciado la situación y ha recordado, a su vez, que este es "el pan de cada día" en el sector”.

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En una publicación de Barcelona en Comú en la red social Twitter decía eso de firmar un contrato fijado por el convenio colectivo. Al día de hoy, no sabemos a qué convenio colectivo para los músicos profesionales se refiere porque, quitando un convenio colectivo que publicó el BOE el pasado 5 de mayo de 2016 titulado “Resolución de 5 de mayo de 2016, de la Dirección General de Empleo, por la que se registra y publica el Acta del acuerdo sobre tablas salariales y modificación de los artículos 1, 11, 29 y anexo III del Convenio colectivo estatal del personal de salas de fiesta, baile y discotecas” que fue un acuerdo entre FeP-UGT, FSC-CC.OO., Conarte, UAA y FASYDE (según dice su página web, es la organización empresarial que representa a nivel estatal a las discotecas y salas de fiesta que integran el sector del ocio nocturno en España) -o, lo que es lo mismo: ellos se lo guisan, se lo comen y “trincan” el dinero- y que, una vez más, ese convenio dejó fuera a los profesionales de la Música que ni pertenecemos a ningún sindicato ni estamos contratados por empresarios de salas de fiesta y similares. Hasta donde yo sé, ni las federaciones ni las asociaciones de músicos profesionales han firmado ningún convenio colectivo.

Al día de hoy, en España no tenemos un sindicato de músicos ni un Estatuto del Artista oficial ni nada de esas cosas. Hay que cambiar algunas leyes, entre ellas la obsoleta Ley de la Seguridad Social del año 1985 que es la vigente y que no está adaptada a la realidad del año 2016 contando que el Régimen Especial de Artistas habría que reescribirlo de nuevo: de arriba a abajo.

Los profesionales de la Música somos trabajadores, como en las demás profesiones.

Por norma, se obliga al músico a que presente su alta en el Régimen de Autónomos, que tiene cuatro categorías y en el cual no está unificado el hecho de que un músico toque en directo (en los espectáculos en directo la ley actual aplica el Régimen Especial de Artistas y no el Régimen de Autónomos, aunque muchos representantes se lo saltan pidiéndoles a los músicos el recibo comprobante bancario de haber pagado la cuota de autónomos a la Seguridad Social y, así, se evitan hacer los trámites y pagar las correspondientes cuotas a la Tesorería General de la Seguridad Social), toque y grabe en un estudio de grabación y que, además, sea compositor, arreglista o productor musical.

Con ello, la única salida de los profesionales de la Música normalmente es la autogestión, en donde los distintos gobiernos nos animan a convertirnos en “emprendedores”. Pero el sistema actual es una trampa y más contando con las excesivas cantidades que hay que pagar, tanto en el porcentaje de IRPF como en las cuotas a pagar (previamente fijadas por tramos según ingresos) a la Seguridad Social, cuotas muy alejadas de las que se benefician los trabajadores adscritos al Régimen General de la Seguridad Social (trabajadores contratados por parte de las empresas y funcionarios públicos).

Con todo lo expuesto anteriormente, nos encontramos que los profesionales de la Música estamos en un limbo legal inextricable (intrincado y confuso y, por ello, difícil de resolver) pero que se resolvería, según mi opinión, con un alta en el IAE (Impuesto de Actividades Económicas, antigua Licencia Fiscal) unificada y general y que, en el futuro, convergiere todas las actividades propias del músico profesional. Derechos tenemos pocos. Obligaciones, todas y, la primera de ellas, pagar por adelantado si queremos trabajar con las -pocas- coberturas que tenemos los músicos (también llamados a veces artistas).

Retomando el asunto del principio, lo último es que leo en el español.com que “los hoteleros deciden compensar en el último momento con 300 euros a los siete grupos participantes, en lugar de actuar gratis como pidió el Ayuntamiento de Barcelona” que, a fin de cuentas y si el grupo lo forman cinco personas -por ejemplo- salen a 60 euros por persona... y con eso ya tienen para la cena prometida y el transporte, ¡Ole!.

Al final, ni contrato, ni salario fijado por el tal convenio colectivo ni alta en la Seguridad Social.

…Y, como cantara Julio Iglesias, la vida sigue igual

Otro día hablaremos de posibles casos de corrupción entre algunos que se dedican a la Política y algunos empresarios. Hoy no.

P.D.: Gracias a Pablo Volt, que hizo público este chanchullo que, tal como dice la definición de la palabra, es el manejo ilícito para conseguir un fin, y especialmente para lucrarse.

#NoTocamosGratis (si quieres seguir el asunto en Twitter).

1 comentario:

Juan A. Prieto dijo...

Una muestra más de la variada y divertida fauna que nos rodea.
Tendrán que pasar varias generaciones instruidas para que este batiburrillo llamado España mude la piel y el alma.