Hoy me ha llegado la noticia de que una senadora del PSC deja la política activa para culminar su "conversión al cristianismo" tras "tres décadas de ideología marxista y atea", según leo en la edición digital de el diario El País.
Doña Mercedes Aroz, nacida en Zaragoza allá por el año 1944 ha tomado una decisión por ser una persona con convicciones y, con el dejar la política de forma activa, denota su honradez para con ella misma y para muchos de los ciudadanos que la votaron.
Su caso es parecido al de la ex eurodiputada Doña Rosa Díez. Tiene que ser muy duro el tener que atenerse a la disciplina de partido para poder cobrar el sueldo o, simplemente, con el fin de estar "en la pomada" mientras que algo dentro de tí está diciendo que lo que estás defendiendo va en contra de tus principios éticos y morales.
Pero me gustan las personas que son así. Personas comprometidas, no sólo con sus ideas, sino con algo mucho más importante: con su conciencia.
Por otra parte y leyendo la misma noticia pero en el diario ABC -me gusta tener diversas perspectivas sobre un mismo asunto- Doña Mercedes comentaba que ha querido hacer pública su conversión "para subrayar la convicción de la Iglesia católica de que el cristianismo tiene mucho que decir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, porque hay algo más que la razón y la ciencia". Cierto es.
La Teología desarrollada durante el pontificado de Juan Pablo II estaba basada en los conceptos de Ratzinger, mano derecha de Karol Józef Wojtyła. Y, con esto, quiero recordar al amable lector lo que expongo a continuación.
Seguramente la ex senadora ha leído la Carta Encíclica de Su Santidad el Papa Benedicto XVI Deus caritas est en la cual y entre otras cosas Ratzinger expone con sabiduría cómo se resuelve el asunto entre fe, razón y política. Este último hecho ha mantenido a los filósofos - y a muchos que no lo son- desde siempre en un constante intento por separar estos tres conceptos, los cuales Benedicto XVI conforma y concilia.
Doña Mercedes Aroz, nacida en Zaragoza allá por el año 1944 ha tomado una decisión por ser una persona con convicciones y, con el dejar la política de forma activa, denota su honradez para con ella misma y para muchos de los ciudadanos que la votaron.
Su caso es parecido al de la ex eurodiputada Doña Rosa Díez. Tiene que ser muy duro el tener que atenerse a la disciplina de partido para poder cobrar el sueldo o, simplemente, con el fin de estar "en la pomada" mientras que algo dentro de tí está diciendo que lo que estás defendiendo va en contra de tus principios éticos y morales.
Pero me gustan las personas que son así. Personas comprometidas, no sólo con sus ideas, sino con algo mucho más importante: con su conciencia.
Por otra parte y leyendo la misma noticia pero en el diario ABC -me gusta tener diversas perspectivas sobre un mismo asunto- Doña Mercedes comentaba que ha querido hacer pública su conversión "para subrayar la convicción de la Iglesia católica de que el cristianismo tiene mucho que decir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, porque hay algo más que la razón y la ciencia". Cierto es.
La Teología desarrollada durante el pontificado de Juan Pablo II estaba basada en los conceptos de Ratzinger, mano derecha de Karol Józef Wojtyła. Y, con esto, quiero recordar al amable lector lo que expongo a continuación.
Seguramente la ex senadora ha leído la Carta Encíclica de Su Santidad el Papa Benedicto XVI Deus caritas est en la cual y entre otras cosas Ratzinger expone con sabiduría cómo se resuelve el asunto entre fe, razón y política. Este último hecho ha mantenido a los filósofos - y a muchos que no lo son- desde siempre en un constante intento por separar estos tres conceptos, los cuales Benedicto XVI conforma y concilia.
Comenta Benedicto XVI que "...política y fe se encuentran. Sin duda, la naturaleza específica de la fe es la relación con el Dios vivo, un encuentro que nos abre nuevos horizontes mucho más allá del ámbito propio de la razón. Pero, al mismo tiempo, es una fuerza purificadora para la razón misma. Al partir de la perspectiva de Dios, la libera de su ceguera y la ayuda así a ser mejor ella misma. La fe permite a la razón desempeñar del mejor modo su cometido y ver más claramente lo que le es propio. En este punto se sitúa la doctrina social católica: no pretende otorgar a la Iglesia un poder sobre el Estado. Tampoco quiere imponer a los que no comparten la fe sus propias perspectivas y modos de comportamiento. Desea simplemente contribuir a la purificación de la razón y aportar su propia ayuda para que lo que es justo, aquí y ahora, pueda ser reconocido y después puesto también en práctica".
Y, aunque con otro sentido, le doy la razón y la enhorabuena a Doña Mercedes Aroz por no esconder su fe católica y por haber hecho suya, a su manera, la frase que proclamara hace 25 años Juan Pablo II durante la homilia de inicio de su pontificado: "¡No tengáis miedo! ¡Abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo!"
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