Pues sí. Pronto tendremos que llamar a Cataluña -que por más que le pese a más de un dictadorzuelo separatista todavía es territorio español- algo así como Naziluña.
Porque no me dirán ustedes que no es similar a la Alemania nazi el hecho de que una ley obligue a los ciudadanos a "cooperar" mediante denuncia a todo aquel comercio que no tenga sus rótulos en catalán.
En el proyecto de la futura Ley del Código de Consumo que está preparando el gobierno autonómico catalán en su artículo 311.5 que se titula "Cooperación de las personas consumidoras", estipula que estas "tienen el derecho y el deber de cooperar, de forma individual o mediante las organizaciones que las representan, con las administraciones públicas encargadas de velar por el cumplimiento de la legislación vigente en materia de protección de las personas consumidoras" y que "el medio principal de cooperación es la denuncia".
Igualito igualito que en la Alemania nacional-socialista: "¡Ese es judio!". Con esta ley en la mano, será "¡Ese es español!".
Echo de menos que el poder judicial de este país defienda a los ciudadanos y no proclame inconstitucional a esta ley.
Mis amigos catalanes que me conocen saben que respeto el hecho histórico y cultural, no sólo de Cataluña, sino también de cualquier parte del mundo. La última vez que pasé por el aeropuerto de Barcelona camino de Palma de Mallorca sentí pena. Fue hace 4 años. Los rótulos estaban sólo en inglés y catalán. Y menos mal que me bandeo con el inglés porque al leer "sortida" lo que se me vino a la cabeza era que el letrero me estaba indicando que había una joyería donde se vendían "sortijas".
¿No habíamos quedado que deberían cohabitar el español y el catalán?
En fin.
La noticia que me ha apenado más la vida en este artículo de la página web del diario La Razón.
sábado, 20 de febrero de 2010
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