Lotería de Navidad

Si es que no puede ser. Otro año más que no me toca la lotería de Navidad. Aunque sí me alegro cuando veo esas imágenes de gente descorchando botellas de champán, cava o sidra espumosa -no nos vayamos a pelear por eso- porque les ha tocado la lotería.

Le decía a mi querida Rosa hoy que si 2005 ha sido el año para Cataluña. Este año el gordo ha tocado en Vic, y le comentaba por correo electrónico que entre los balones de oro de Ronaldinho, los FIFA World players y que el Barcelona va el primero y demás parece que es así.

Que no; que no voy a hablar del Estatut. A la moda del país todas las comuninades autónomas están haciendo cambios en sus respectivos.

En mi comunidad -de propietarios- tenemos nuevo presidente. Un chaval joven con muchas ganas de hacer cosas -¡pobrecito, no sabe lo que le ha caido encima! - al que le deseo que tenga una buena gestión a pesar de que doña Vicenta, la vecina del primero derecha, siga actuando en la sombra y pisándole el terreno a Juan Ignacio, que así se llama el nuevo presidente.

Yo sigo con mis botos puestos, recibiendo y abriendo muchos e-mails felicitándome las fiestas. Pocos hay que me feliciten la Navidad, qué cosas. Será como dice mi amiga Montse que ahora no es políticamente correcto felicitar la Navidad y que ahora sólo hay que felicitar las fiestas.

Lo siento: a mi me sigue resultando entrañable el ver un portal de Belén o seguir viendo cómo en los foros rocieros hay personas que seguimos deseándonos el motivo real de estas fiestas: una feliz Navidad.