Sólo queda poco más de un mes para que, de nuevo, vivamos el Lunes de Pentecostés. Apenas hemos terminado de oir por las calles los tambores con su particular redoble semanasantero y ya en nuestras mentes estamos visualizando y escuchando los tamboriles rocieros.
Este año está siendo especial y por muchos acontecimientos que se están sucediendo. Como cada siete años, la imagen de la Virgen del Rocío se encuentra en Almonte y rodeada del cariño y la guarda de sus hijos almonteños y de todo aquel que se acerca hasta la almonteña parroquia de la Asunción.
La Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío ha aprovechado este tiempo para adecentar el Santuario de la aldea con una nueva solería que ha sido colocada gracias y desinteresadamente por miembros de la Hermandad del Rocío de Gines. Además, el retablo está siendo casi prácticamente finalizado y la familia rociera se ha ampliado con dos nuevas hermandades filiales.
Por otra parte, vamos a encontrarnos de nuevo con esa preciosa imagen de los bueyes tirando de las carretas de las hermandades rocieras que hacen uso de estos animales para sus peregrinaciones anuales.
Nos congratulamos por las medidas de protección de Doñana que se están tomando y esperamos que los linces vuelvan a disfrutar del entorno del Parque Nacional.
Poco a poco se acerca la hora y nos morimos de ganas de ver a la Pastora, como cantaba el Coro de la Hermandad de Emigrantes de Huelva hace quince años en unas sevillanas de Joseli Carrión que hoy por hoy seguro que está en las Marismas del Cielo teniendo preparado su costo haciendo el eterno camino de la vida futura que en nuestro Credo todos queremos poder alcanzar algún día.
domingo, 23 de abril de 2006
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