Había un extranjero por aquí que tenía un ordenador portátil de Macintosh y que quería desprenderse de él. Pronto estuve a comprárselo. De segunda mano y tuve que abonarle unas 160.000 pesetas de las del año 1996. Le instalé como software musical el Cubase de Steinberg versión 2.0 o similar; no recuerdo con exactitud. Qué calidad de vida a la hora de tener que ir a trabajar debido al poco peso y espacio comparado con el Mac SE. A pesar de todo este último todavía lo conservo y creo que lo hago más por el dineral que me costó que por utilidad. Y es que uno es un nostálgico.
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